¿QUÉ ES LA PERSPECTIVA DE GÉNERO?

La igualdad de género, o lo que es lo mismo, la igualdad entre mujeres y hombres es un principio fundamental por el cual deben regirse todas las instituciones, tanto públicas como privadas.

A pesar de que en los últimos 50 años se han alcanzado cotas de igualdad sin precedentes en la historia de la humanidad, y aunque el actual marco jurídico, tanto a nivel estatal como a nivel internacional, protege la igualdad de mujeres y hombres, no podemos negar que siguen persistiendo desigualdades y discriminaciones hacia las mujeres. Estas desigualdades y discriminaciones siguen dándose, principalmente, debido a factores sociales y culturales que perpetúan diferencias estructurales entre los sexos, provocando injustas discriminaciones hacia las mujeres. En este sentido, resulta evidente que las mujeres siguen cargando, en mayor medida que los hombres, con las tareas domésticas y las responsabilidades de cuidado. Esto nos impiden alcanzar una igualdad real y efectiva.

 

El sistema de sexo/género es una construcción arbitraria a través de la cual las características de mujeres y hombres son definidas socialmente.

Con sistema nos referimos a los procesos y mecanismos que regulan y organizan la sociedad, por los cuales se establece que mujeres y hombres han de actuar de una manera concreta y se consideran diferentes. Este sistema sexo/género determina unas áreas sociales de competencia para un sexo y otras para el otro. De esta manera recaen sobre las hembras de la especie humana unos determinados atributos y sobre los machos otros.

Esta adjudicación de unas características u otras a mujeres y a hombres varía en el tiempo y de unas sociedades a otras. En las sociedades occidentales actuales estas competencias son complementarias y, en cierto modo, antagónicas ya que se sigue identificando a las mujeres con atributos pasivos mientras que a los hombres se les relaciona con cualidades activas. Persiste, por tanto, una definición patriarcal de lo que deben ser mujeres y hombres. Esta definición no es únicamente descriptiva, sino que está cargada de valores según los cuales todo aquello que tiene que ver con las mujeres es menospreciado, considerado secundario o, incluso, invisibilizado mientras que aquello que se asocia a los hombres goza de mayor prestigio y reconocimiento social. Se trata, pues, de una relación jerárquica en la cual los hombres representan la “categoría” privilegiada mientras las mujeres se hallan en una posición de subordinación respecto a estos.

Este concepto se acuñó en la Cuarta Conferencia Mundial Sobre la Mujer de Beijing de 1995 como herramienta para garantizar el acceso equitativo a oportunidades sociales, económicas, laborales, políticas, culturales, educativas y de salud. Así, la perspectiva de género aporta a la política un enfoque integral que tiene en cuenta las múltiples causas de la desigualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos. Esto representa que no sólo se persigue una igualdad formal ante la ley como remedio a las desigualdades entre mujeres y hombres sino una igualdad real que implica una redefinición del papel que deben desarrollar mujeres y hombres dentro de la estructura social, ya que actualmente aún está basada en relaciones desiguales.

La perspectiva de género o gender mainstreaming es una herramienta que permite analizar la realidad social teniendo en cuenta las diferencias estructurales, sociales y culturales de mujeres y hombres.

La estrategia del gender mainstreaming implica un cambio sustantivo en la definición del concepto de igualdad de género. Esto representa que, no sólo se persigue una igualdad formal ante la ley como remedio a las desigualdades entre mujeres y hombres, sino una igualdad de facto. Y esta igualdad real implica una redefinición del papel que debe desarrollar cada género dentro de la estructura social, ya que actualmente está basada en relaciones desiguales. Además, la estrategia del gender mainstreaming aporta a la política un enfoque integral que tiene en cuenta las múltiples causas de la desigualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos ya que considera que la perspectiva de género debe ser un elemento a tener en cuenta en todos los ámbitos de actuación, ya sea el mercado laboral, el transporte, la educación, la sanidad, la familia, la sexualidad, la cultura o cualquier otro tema que se aborde desde las políticas públicas. Esta estrategia implica, también, la participación de las mujeres en las instituciones y procesos de toma de decisiones. Es decir, que requiere conseguir la democracia paritaria. Esta incorporación de las mujeres a la toma de decisiones debe ir acompañada del consiguiente cambio en las estructuras del sistema político para que no se conviertan en un instrumento más de la política patriarcal. En este sentido, E. Lombardo da especial relevancia a la priorización de las políticas de género y promoción de las mujeres como una manera de avanzar hacia la igualdad efectiva. Estas políticas deben ser siempre una prioridad y no quedar relegadas a un segundo plano. Las políticas específicas de igualdad de género y las políticas de mujeres deben seguir implementándose en lo que sería una ‘doble estrategia’ hacia la consecución de una sociedad en la que la igualdad de mujeres y hombres sea efectivamente real.

Por tanto, la perspectiva de género busca que se lleve a cabo un diseño de las políticas públicas que no ahonde en las desigualdades entre mujeres y hombres, y que se eviten así nuevas discriminaciones. Esta herramienta de gestión pública se incorpora a la legislación española en el Título II de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres. De hecho, el artículo 15. de dicha ley establece la transversalidad del principio de igualdad de trato entre mujeres y hombres en las actuaciones de todos los Poderes Públicos. Así, las Administraciones públicas deberán integrar, de forma activa, este principio en la adopción y ejecución de sus disposiciones normativas, en la definición y presupuestación de políticas públicas en todos los ámbitos y en el desarrollo del conjunto de todas sus actividades. Para llevar todo esto a cabo se han establecido mecanismos a todos los niveles como los Planes Estratégicos de Igualdad de Oportunidades.